Lo que me impulsó a escribir nuevamente es algo que sucedió hace unos pocos días. Para ponerte en contexto, te diré que sigo trabajando en la agencia de mercadotecnia que fundé con mis socios. Una empresa pequeña, naciente en medio de la crisis, por la cual necesitamos todavía luchar mucho para poder posicionarla en el mercado y volverla nuestro medio de subsistencia.
El emprendimiento no es fácil, y hace unos días recibí una oferta tentadora. En estos tiempos de crisis, no se patea un buen trabajo tan fácilmente, sobre todo porque tenía un sueldo bastante aceptable. Sin embargo, me dí el "lujo" de rechazarla, porque no todo el trabajo es por dinero.
Es verdad, si nuestra empresa nunca se volviera totalmente redituable no tendría caso seguir con ella, pues su fin último es ese. Pero debemos recordar que el trabajo es algo que nos acompaña todos los días, y que mejor que haciendo algo que nos gusta. Porque si no, nos amargamos la vida.
En Alkanze MKT tengo algunas ventajas por las que estoy luchando cada día:
- En primera, tengo dos excelentes socios, mis compañeros de batalla diaria y con quienes sigo persiguiendo el mismo sueño cada día. No podía pedir mejores.
- La oportunidad de saber ganarme la vida sin tener que depender de una empresa o de alguien más, que en algún momento pueda despedirme sin más. Digamos que aspiro a no ser empleado, no porque esto último sea malo, claro.
- La cercanía a mi casa es otro factor importante, estoy a menos de tres minutos de mi casa, lo que significa que puedo ir a comer ahí e incluso dormirme una siesta rápida en ocasiones.
- Ser feliz al trabajar. Importantísimo, la verdad, el ambiente de trabajo es inmejorable.
- Hacer mercadotecnia y publicidad es algo que realmente me llena, y no lo pongo en último lugar porque sea lo menos importante, sino porque esto lo podría encontrar en otro trabajo.