lunes, 30 de junio de 2008

Tratar a todos los clientes por igual.


Esto me pasó recientemente en la tienda: estaba atendiendo a uno de mis clientes, el cual era un señor que se veía que tenía dinero, sobre todo viendo el carrazo que traía. Lo comencé a atender cuando entró otro señor, este tenía pinta de que era albañil, el cual me pidió algo (no recuerdo que).

Le pedí que esperara un momento, que estaba terminando de atender al primer cliente. Visto desde afuera, esto parecería que era darle preferencia al señor adinero, pues después de todo su compra era mucho más grande que la del otro. Pero la realidad es que lo hacía simplemente por razón de quien llegó primero, no por otra cosa.

El señor de dinero salió y me puse a atender al albañil, cuando de momento veo que regresa el adinerado. Este me pidió otra cosa, pero en ese momento ya estaba con otro cliente, por lo que le pedí que espere un momento (o "momentito" como decimos en México). Creo que este señor malentendió la situación anterior, porque me dijo "¿no me vas a atender a mí?", como dando a entender que él era más importante que el otro, pero le dije que iba por turnos, y puso su cara de molesto.

No se si sea porque soy muy joven y debería ser preferible atender a los clientes más fuertes (tal como hacen distinción en los bancos, que cuando llega el cliente distinguido, pueden pasar por encima de tu turno), pero quitando de lado todo lo moral, pienso que cada cliente es importante. Capaz que el albañil vuelve diario y el otro jamás se para aquí nuevamente, puede que el albañil le diga a sus compañeros que ahí te discriminan y ya no vuelvan en masa. Por eso, creo que es importante tratar a todos los clientes como importantes.

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