domingo, 23 de noviembre de 2008

Siempre una sonrisa en la cara


Todavía recuerdo que en mi antiguo blog, en uno de los post toqué un tema algo peculiar y que llamó la atención a más de uno: mi actitud ante los problemas.

Como todos, tengo problemas de cuando en cuando. Sin embargo, me han llegado a comentar que parece que no me afectaran, porque siempre me ven de buen humor. Mi respuesta a esa suposición fué un “claro que me afectan y mucho”, pero si hay algo que me molesta, ¿para que ir dando pena por ahí, mostrando mi pesar?

Y tampoco estoy cayendo en la típica máscara del mexicano, que oculta sus problemas, aunque por dentro este que no se aguante. Más bien, es una actitud la que tomo, pues aunque haya tenido algo que me cause problemas, siempre tomo en cuenta que hay otras cosas que me sirven de fuente constante de alegría.

Por otra parte, también queda el pensar que los tiempos malos pasarán y tendremos otros donde estaremos gozando, incluso ríendonos de lo ocurrido. Tengo una sola vida -de hecho todos-, y no vale la pena desperdiciarla haciendo corajes.

Creo que por eso me río mucho. Y siempre intento mostrarme de buen humor, aunque no lo logre el 100% del tiempo evidentemente. Pero es más que probable que me veas serio porque tengo sueño que por algo que me este afectando. Siempre intento mantener la sonrisa en la cara, porque normalmente nos vamos a encontrar a otras personas que están de mal humor, ¿y qué mejor manera de alegrarles el día, que encontrarse a alguien sonriente? En caso contrario, haríamos una cadena de amargados y ya vemos como abaría el mundo.

Este es un post dedicado a todos aquellos que siguen la filosofía de sonreír para alegrar su mundo y el de los demás; por otra parte, también noto que no actualicé el blog en más de un mes, así que intentaré poner otra cosa pronto. Tal vez este tema no fué demasiado profundo, pero si calma las ansías de escribir de uno.

No hay comentarios: